El diseño de interiores es una disciplina que, aunque, en apariencia, puede resultar sencilla, conlleva muchas horas de trabajo para encontrar la manera perfecta para que cualquier espacio luzca de la mejor manera posible. A grandes rasgos, esta práctica consiste en crear estancias en las que puedas relajarte y sentirte lo más cómodo/a posible. Esto se aplica al hogar y a algunos entornos laborales, tales como oficinas y tiendas que necesitan disponer de un espacio confortable y agradable.
Muchas personas creen que el diseño de interiores es, simplemente, elegir muebles elegantes y ubicarlos en el espacio. Nada más lejos de la realidad, esta disciplina consiste en otorgarle al espacio el equilibrio y la armonía que necesitan. Para ello, se usan todo tipo de materiales de colores y texturas diferentes y elementos de iluminación. Además, en este proceso es importante tener en cuenta que el resultado final debe ser estéticamente agradable y práctico al mismo tiempo.
Asimismo, en el diseño de interiores debe responder al estilo característico de la persona o personas que van a utilizar el espacio. En el entorno empresarial, este debe reflejar el espíritu y la identidad de la organización y en el entorno del hogar debe responder a los gustos y la personalidad de cada persona que habita en dicha vivienda.
Si te preguntas cómo puedes lograrlo, te diremos que es posible si tienes en cuenta los estilos de diseños de interiores. Es un asunto de vital importancia, ya que el estilo elegido afectará a la percepción del espacio. Existen una gran cantidad de estilos de diseño de interiores, que pueden variar desde los más clásicos hasta los más recientes. Atendiendo a que es un asunto bastante relevante, en este artículo te vamos a mostrar las últimas tendencias en decoración de interiores.
Estilo minimalista
Entre los estilos de decoración de interiores, el minimalismo es una tendencia de configuración de espacios que se encuentra a la orden del día. Su nacimiento tuvo lugar en los años 60 en Nueva York, inspirado por las tendencias de arte y de arquitectura que se estaban dando en Europa desde hacía algunas décadas.
Entre estos, podemos destacar los trabajos de la Bauhaus y nos podemos centrar en figuras como Le Corbusier o Mies Van der Rohe. Estos proponían diseños de interiores caracterizados por una gran sencillez y armonía, sin olvidar la practicidad en cuanto al uso de los espacios.
En este sentido, tenemos que decir que el minimalismo en el diseño de interiores es un estilo que se caracteriza por la reducción de adornos, de los muebles y de objetos a la mínima expresión, y la simplificación de todos los elementos del espacio a las formas más simples. Con ello, este es uno de los estilos de diseño de interiores que consigue alcanzar una sencillez y funcionalidad increíbles, además de una estética moderna y diáfana que no parece pasar nunca de moda.
En cuanto al uso del color, el minimalismo suele recurrir bastante a los tonos neutros, aunque puede añadir pequeños detalles más saturados destacando ciertas áreas para dividir las funcionalidades del espacio. En cuanto a los materiales utilizados, estos suelen ser elementos naturales, como la madera, la piedra o el lino, entre otros. Si nos centramos en las formas, en este estilo predominan las líneas rectas y las diagonales.
En definitiva, podemos decir que se resume en la filosofía del “menos es más” y, la verdad es que se pueden lograr grandes resultados en el diseño de interiores gracias al uso y a la aplicación de la estética minimalista en la configuración y organización del espacio.
Estilo clásico
El estilo clásico nunca pasa de moda y, por lo tanto, sigue siendo una de las últimas tendencias en decoración de interiores. Este estilo tiene sus raíces en el renacimiento italiano y el periodo neoclásico. Formalmente, es muy reconocible por su estética estilizada, el uso de elementos ornamentales bastante recargados que aportan un toque elegante, distintivo y lujoso. Por ello, podemos decir que el estilo clásico es totalmente opuesto al minimalismo.
Si hablamos de su diseño estético, podemos decir que este se caracteriza por crear una mezcla de colores brillantes y opacos en los elementos que se ubican en el espacio. De esta manera, se consigue crear una atmósfera elegante y relajante gracias a la introducción de gran cantidad de elementos y de ornamentos.
Para conformar el estilo clásico se utilizan muebles de madera oscura, sofás, sillas y sillones con tapizados suaves, molduras brillantes, patrones geométricos, cortinas lujosas y otros objetos decorativos como jarrones para los aparadores y cuadros para cubrir las paredes.
De esta manera el estilo clásico aporta a los espacios una sensación de armonía, de elegancia y de lujo creando espacios abiertos. Asimismo, todos los elementos deben proporcionar una buena funcionalidad para poder utilizar los espacios. Por lo tanto, podemos decir que es uno de los estilos de diseño de interiores más tradicionales y por los que muchas personas se decantan para proporcionar elegancia a su hogar.
Estilo industrial
El estilo industrial es una tendencia muy popular en el diseño de interiores. Se inspira directamente en la estética de 1800, cuando la energía eléctrica se empezó a utilizar en edificios industriales. Su estética es muy peculiar y muy llamativa, ya que se caracteriza por el uso de ciertos elementos simples y muchos elementos que podíamos encontrar en las fábricas en el siglo XIX. Entre ellos, podemos destacar las vigas y tuberías al descubierto, el uso del vidrio, ladrillos y las estructuras metálicas, con una mezcla sencilla de colores neutros y metálicos.
Estilísticamente, es capaz de otorgar al espacio la sensación de un estilo entre rústico y moderno al mismo tiempo. Desde el punto de vista funcional, el estilo industrial le da una gran importancia al uso funcional de los espacios, por lo que recurre a elementos sencillos que le proporcionan un cierto toque minimalista.
Esto se puede conseguir gracias al uso de distintos tipos de materiales, tales como la piedra, la madera laminada o el hierro. La estética es muy atractiva y crea entornos confortables y con una personalidad muy marcada, por lo que es uno de los tipos de diseño de interiores más demandados en la actualidad.
Estilo nórdico
El estilo nórdico, también conocido como “Escandinavo”, es una tendencia de diseño de interiores que ganó mucha popularidad en la península escandinava a comienzos de los años 70 del siglo XX. En la actualidad, se encuentra entre las últimas tendencias en decoración de interiores y se caracteriza por la simplicidad estética, es moderna, práctica y funcional. De esta manera, es capaz de proporcionar una sensación cálida y confortable a cualquier habitación gracias al uso de los colores neutros.
Dicho con otras palabras, el estilo nórdico también se bebe del minimalismo, pero priorizando el uso de materiales naturales para crear entornos cálidos y acogedores con aspecto de cabaña. Paredes blancas y grandes ventanas permiten a la luz natural entrar al lugar. El color se añade a través de muebles modernos con líneas simples en tonos neutros. La combinación de la simplicidad, los colores claros y los materiales simples crea una atmósfera refrescante y acogedora que proporcionan sensaciones de tranquilidad y calma.
En este sentido, debemos remarcar que uno de los principales rasgos es la iluminación que genera contrastes de luces y sombras que combinan perfectamente con el resto de la decoración. También es importante destacar el uso de materiales naturales, como la madera y la piedra, los textiles lisos, y los colores naturales.
Estilos retro-vintage
Entre las últimas tendencias en decoración de interiores el estilo retro vintage es uno de los más demandados en la actualidad. En realidad son dos estilos que, aunque son diferentes, a grandes rasgos tienen bastantes cosas en común. Su estética y sus funcionalidades consiguen revitalizar los interiores domésticos utilizando elementos nostálgicos que nos remiten a las décadas de los años 1950 y 1960. Gracias a ello, es posible crear atmósferas relajadas y confortables en el interior de las estancias del hogar.
El toque vintage se consigue gracias al uso de muebles mid-century modern, utilizando telas con estampados geométricos, y piezas decorativas con colores brillantes e intensos. Este estilo tiene la característica de resaltar la importancia de los materiales tradicionales y el encanto de los detalles artesanales.
Asimismo, también es capaz de otorgar al interior de las estancias un sentimiento de comodidad rodeado de la nostalgia vivida en las décadas pasadas, pero, al mismo tiempo, le da un toque más moderno y actual. El resultado es acogedor y confortable, por lo que es uno de los estilos de diseño de interiores más populares de los últimos años.
En definitiva, podemos decir que el diseño de interiores es una disciplina que busca crear espacios armoniosos y funcionales. Como hemos comentado, en el momento de elegir una estética determinada, se pueden seguir los estilos de decoración de interiores en tendencia para lograr el ambiente deseado.
En este sentido, el minimalismo ofrece una estética moderna y sencilla, mientras que el estilo clásico añade elegancia y sofisticación. La estética industrial destaca por su aspecto rústico y moderno a la vez, mientras que el nórdico, por su parte, proporciona calidez y luminosidad con materiales naturales. Por último, el retro-vintage permite revivir la nostalgia y crear una atmósfera acogedora. Sea cual sea el estilo elegido, el diseño de interiores tiene el poder de transformar un espacio en un lugar cómodo y agradable para vivir o trabajar.